Aunque todos tenemos una personalidad marcada, a la hora de crear un interiorismo es fácil dejarse llevar por tendencias o líneas marcadas por el pragmatismo. No es el caso de este piso alto y luminoso, que destaca por sus contrastes cuidadosamente equilibrados sin perder de vista la funcionalidad. Las líneas curvas suavizan la geometría de los ángulos rectos de algunos elementos, como las Mesas de centro Desalto, creando un efecto visual fluido y armonioso.
El juego de texturas en las diferentes estancias aporta personalidad a cada espacio. Superficies que invitan al tacto, como las sillas de Cassina en la zona del comedor, aportan una sensación de calidez y autenticidad. La madera, muy presente en la cocina y el salón, no solo suma un elemento noble, sino que también establece una conexión con la naturaleza. En contraste, la piedra y los acabados metálicos añaden un toque contemporáneo y sofisticado.
La luminosidad es uno de los mayores atributos de la vivienda. Gracias a amplias ventanas y puertas acristaladas, la luz natural inunda los espacios, acentuando las vistas espectaculares que se disfrutan desde la terraza. Esta última, concebida como una extensión de la zona de día, está dividida en áreas de descanso, comedor y relax, promoviendo el disfrute tanto interior como al aire libre.
La distribución del piso enfatiza la interconexión de los espacios sin sacrificar su funcionalidad. En la cocina, los diseños personalizados y los acabados coherentes con el resto de la casa permiten que este espacio no solo sea práctico, sino también una parte integral del concepto estético global. Las puertas correderas acristaladas conectan el comedor con la cocina, manteniendo el contacto visual y la continuidad de la luz.
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Interioristas
Susana Senosiain
